Supergarbla, S.A.: 20 años de acciones de Responsabilidad Social Corporativa
El pequeño comercio local de Madrid de Alimentación y Distribución lleva años realizando actividades de Responsabilidad Social Corporativa tanto para fomentar y favorecer la integración social de colectivos como discapacitados o personas en riesgo de exclusión social como para colaborar en diferentes iniciativas relacionadas con la recogida de alimentos. Más allá de la situación económica general, y sin buscar más que la satisfacción de su entorno, los empresarios locales de Madrid desarrollan este tipo de actividades como parte de su tradición.
Este es el caso de Supergarbla, S.A., cadena con nueve establecimientos de alimentación en Madrid que lleva 20 años realizando acciones de Responsabilidad Social Corporativa. Su gerente, Óscar García, nos cuenta que llevan colaborando con diferentes entidades de formas muy diferentes. “Son acciones que no nos cuestan ni trabajo ni dinero y que las hacemos sin darnos cuenta”, nos cuenta Óscar. “En realidad, ganamos todos”, añade.
“En Supergarbla llevamos 20 años realizando acciones de Responsabilidad Social Corporativa. Colaboramos de muy diversas formas: con Cáritas llevamos trabajando muchísimos años con su iniciativa de vales por comida, pero también colaboramos con la Asociación de discapacitados de San Federico y con Opción 3, cooperativa de iniciativa social que busca la integración laboral de personas en riesgo de exclusión, en ambos casos tanto con formación (teórica, pero sobre todo práctica) y la contratación de personas”, cuenta García con una gran sonrisa de satisfacción.
Y añade: “Igualmente, llevamos ya tiempo colaborando a través de UNIDE con Operación Kilo, para la recogida de alimentos en los diferentes establecimientos. Y algo similar hacemos en la Parroquia de Mirasierra, también para los más desfavorecidos”.
El número de iniciativas solidarias y de personas que se acogen a este tipo de iniciativas han crecido considerablemente en los últimos años: “Hace 8 o 10 años, venían pocas personas a intercambiar los vales de Cáritas, por ejemplo. Sin embargo, en los últimos años, la demanda ha crecido muchísimo. Lo mismo ha sucedido con las personas que buscan trabajo como medio de subsistencia” –añade Óscar García-.
“Lo que hemos visto que ha crecido de forma exponencial ha sido la solidaridad de los clientes”, fruto de una mayor sensibilidad e implicación en este tipo de iniciativas.
Preguntado acerca de sus planes de futuro en cuanto a este tipo de acciones, García afirma rotundamente que seguirán haciéndolo, “porque en realidad, se trata de una ayuda mutua. Cuantas más personas formemos, más trabajadores cualificados tendremos a nuestra disposición para contratar. Y cuantas más actividades solidarias pongamos en marcha, más estaremos contribuyendo a mejorar la situación actual”.